Por: Miguel Godos Curay
Menudas sorpresas tuvo la pesca exploratoria de merluza. La realidad oronda y lironda contradice los informes de Imarpe. Gracias a veloces reportes por Internet pudimos monitorear que en efecto la merluza migró al norte (límite de la frontera paralelo 6º Latitud Sur) contra la opinión autorizada del viceministro de Pesquería Reyes Miranda que afirmaba lo contrario. Tampoco es cierto que la merluza ha desaparecido del litoral peruano y que la biomasa a diciembre pasado era menos a 50 mil toneladas. Lo han verificado los propios inspectores de Imarpe el recurso es abundante y saludable.
Desde el 2002 a la fecha se han venido cumpliendo estrictas medidas de cuidado de la especie, como la baja drástica en el numero de embarcaciones (esfuerzo pesquero), régimen de cuotas, implementación de posicionador satelital para evitar la pesca negra, Inspectores del Imarpe a bordo, medida de talla mínima de malla de 90 milímetros, 2 periodos de veda y varias otras medidas de control del recurso. Las medidas han dado resultado.
En la prospección, reportan los informes: “tratamos de hacer lances más cortos por la abundancia de la merluza, pero nos hicieron mantener los tiempos, completamos 5 lances de los 6 y tuvimos que cargar merluza en cubierta, en la rampa, ya que la capacidad del la embarcación es de 40 toneladas, finalmente se capturaron 60 toneladas a insistencias de los inspectores de Imarpe”
La conclusión de la faena Eureka es la siguiente desde los 05°30’ LS (La Bocana) hasta el extremo norte del límite con Ecuador (03°.30’ LS) hay merluza y la misma se encuentra en las zonas habituales de pesca, presentando una buena concentración, en tallas con tamaños superiores a los 28 cm. y gran presencia de ejemplares adultos. La información consta en las propias embarcaciones. Al sur de los 05°30’ LS se encontraron ejemplares juveniles muy dispersos y en pequeñas cantidades por estar fuera de las zonas habituales de captura.
La situación de la merluza peruana es sana y saludable, su biomasa continúa en franca recuperación, con predominancia de ejemplares adultos, que presentan una talla promedio superior a los 26 cm. Todo ello contradice las apresuradas conclusiones de Imarpe. Sucede que estos erróneos criterios paralizaron en seco la extracción de merluza durante seis meses, afectando la actividad y cruzando de brazos a empresarios, y a más de 10 mil trabajadores directos e indirectos dedicados a la actividad. Al costo económico se suma el costo social en las familias sin ingresos empujadas al paro.
El daño económico es irreparable y lo menos que podría hacer el gobierno individualizar las responsabilidades de quienes por su actitud negligente e irresponsable afectan la economía nacional. En Paita se vislumbra la esperanza de que la actividad pesquera no se paralice pero que al mismo tiempo se realice un monitoreo científico honesto y coherente para la preservación del recurso. Desconocemos lo que sucede en Imarpe y cuáles son las causas de estas patinadas seudo científicas que aplican y adoptan. La experiencia enseña que cuando los políticos fungen de científicos se sumergen en un ecologismo vehemente y demagógico. Y al contrario cuando los científicos se subordinan a la retórica política, tal como sucedió en los años dorados de la revolución de Velasco, se depredó salvajemente la anchoveta hasta la casi extinción. Necesitamos de una pesquería responsable e instituciones científicas serias en las que el futuro de una actividad extractiva se pueda salvaguardar con honestidad.
Fotos: Registros de las capturas de merluza realizadas en la Operación Eureka´los días 21 y 22 de febrero.
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